Pilates para la salud mental
Según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales, casi uno de cada cinco adultos en Estados Unidos (un total de 51,5 millones de personas en 2019) vive con una enfermedad mental. Las personas con un diagnóstico oficial de enfermedad mental no son las únicas que están luchando. Una pandemia combinada con el sombrío clima invernal ha hecho mella en nuestra salud mental colectiva. Hemos perdido trabajos, seres queridos y la capacidad de conectar con la familia y los amigos más allá del Zoom. Todos estamos sufriendo la pérdida de algo debido a la pandemia, ya sea un simple placer que solíamos dar por sentado, como quedar con un amigo para ir a una clase de yoga, o perdernos hitos importantes como una graduación o una boda. Más que nunca, buscamos formas de conectar.
¿Cómo podemos cuidar nuestra salud mental?
Nuestro cuerpo está preparado para soportar pequeñas dosis de estrés. Como el estrés afecta a todos los sistemas del cuerpo (no sólo el muscular, sino también el endocrino, el reproductivo, el gastrointestinal, el nervioso y el respiratorio), el estrés a largo plazo puede tener graves efectos físicos. El estrés repentino hace que tensemos los músculos y los liberemos cuando el estrés ha pasado. Cuando nos encontramos en un estado de estrés constante, siempre estamos en modo «lucha»: un estado consciente o inconsciente de alerta y vigilancia. El estrés constante puede manifestarse de muchas formas diferentes, como migrañas, dolores articulares, respiración superficial y problemas digestivos. También puede contribuir a problemas a largo plazo con nuestro corazón y vasos sanguíneos, como la inflamación crónica del sistema circulatorio.
Una forma de mejorar nuestra salud mental es hacer ejercicio.
El ejercicio tiene un efecto positivo en nuestra salud mental, tanto de inmediato como a largo plazo. Antes de la pandemia, ya había un cambio hacia el fitness online, pero la pandemia realmente aceleró la adopción de los entrenamientos en streaming. Aunque es muy cómodo tener una gran cantidad de modalidades de ejercicio en nuestros dispositivos, conectarse con un instructor a través de una pantalla puede resultar muy aislante.
¿Cómo puede la comunidad de Pilates ofrecer apoyo a los demás y al mismo tiempo aprovechar los beneficios de esta práctica que tanto nos gusta?
Los principios de Pilates son:
- Respiración.
- Concentración.
- Control.
- Precisión.
- Centrado.
- Fluidez.
Pilates exige concentración. Cuando la mente está centrada en una cosa, deja poco espacio para ocuparse de otros pensamientos y cosas. Ser consciente y estar presente mentalmente ayuda a contrarrestar nuestra muy humana tendencia a rumiar o preocuparse (lo que los budistas llaman «mente de mono»).
Otras formas en las que podemos utilizar nuestra práctica de Pilates para ayudarnos en estos momentos son:
- Elegir una clase para asistir online e invitar a amigos a unirse.
- Quedar fuera y hacer una clase de esterilla.
- Hacer un taller online con alguien del que quieras aprender.
- Busca en los hashtags de las redes sociales de Pilates según tu interés (círculo mágico, Pilates para hombres, personas mayores, bailarines, atletas) y conéctate virtualmente con una nueva comunidad.
- Si sueles practicar Pilates en un estudio, comprueba si tienen encuentros virtuales y vuelve a conectar. Si no es así, considera la posibilidad de iniciar uno.
- Revigoriza tu práctica invirtiendo en un nuevo accesorio.
Durante la COVID-19, parece que tenemos muy poco control. Es impresionante pensar en lo que hemos tenido que soportar. Al comprometernos con el movimiento, nos estamos dando un impulso de endorfinas para tener la energía necesaria para llegar a lo siguiente. Estamos agudizando nuestra concentración para poder superar las cosas que nos resultan desafiantes, mundanas y francamente difíciles. Al dedicar tiempo a mover nuestro cuerpo, creamos rutinas de autocuidado y nos damos permiso para movernos de una manera que nos hace sentir bien en el momento presente y nos ayuda a prepararnos para el siguiente momento. Al mantenernos conectados con lo que amamos, recordamos que aunque la vida puede cambiar en un instante, lo que somos en el fondo no lo hace. Nuestra práctica nos ayuda a mantenernos conectados a nuestro cuerpo.
Pilates no es mágico, pero está cerca.
Está bien reconocer que estás luchando en momentos difíciles. Está bien no tener ganas de hacer un Roll-Up algunos días. Está bien no subirse al Reformer durante una semana. Cuando recuerdes lo fuerte y centrado que te hace Pilates, por dentro y por fuera, te sentirás atraído a volver a la práctica, porque volver a esta práctica es lo que sabemos hacer.
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¡A seguir cuidándonos mucho!